La CE estudia el efecto económico y ambiental de la exención sobre el carburante usado en aviación

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Actualmente la normativa europea que regula los Impuestos Especiales en toda la Unión Europea permite la exención del carburante usado en los aviones.




La Comisión Europea ha publicado recientemente un informe en que estudia el impacto económico y medioambiental de la fiscalidad del combustible usado en la aviación, de manera que estudia las consecuencias que supondría para los Estados Miembros la eliminación de dicha exención. En España, siguiendo la Directiva 2003/96/CE del consejo, el artículo 51 de la Ley de Impuestos Especiales establece que estará exenta la fabricación e importación de los productos gravados por el Impuesto sobre Hidrocarburos destinados a ser usados como carburante en la navegación aérea distinta a la de recreo, entre otros.

La actual exención se remonta al Convenio de Chicago de la Organización de Aviación Civil Internacional de 1944, época en que se pretendía fomentar la aviación civil y las conexiones internacionales. En caso de eliminar la actual exención comunitaria se podría gravar el queroseno con el mismo tipo mínimo que se aplica a este producto si es usado en otros sectores distintos de la aviación, 330€ cada 1.000 litros.

El primer efecto directo de gravar el combustible usado por los aviones sería un lógico incremento en el precio de los billetes de cada pasajero. Sin embargo este aumento varía según el Estado Miembro, afectando igualmente a la ocupación en el sector y a la conectividad con otros lugares. El mayor impacto producido por una imposición al queroseno de 330€/1.000 litros en Europa se produciría en los Países Bajos, donde el precio medio del billete aumentaría un 19% y donde el empleo en el sector y la conectividad disminuirían en un 20% y 19% respectivamente. No obstante, a escala nacional, estos cambios no tendrían un efecto perceptible en el PIB o en la tasa de desempleo de ningún Estado.

En España, las variaciones causadas por el gravamen del queroseno se estima que supondrían un incremento del 10% en los precios de los billetes, un descenso del 12% en el empleo relacionado con el sector y un 11% menos de conectividad. Además, la imposición de este impuesto especial disminuiría en un 11% el total de pasajeros anuales, pasando de ser 102,2 a 90,9 millones.
El efecto ambiental en España sería positivo, puesto que un menor número de vuelos reduciría las emisiones de CO2 en un 11% y disminuiría en un 9% el número de personas afectadas por el ruido de los aviones y aeropuertos. El efecto recaudatorio sería obviamente positivo, generando unos ingresos tributarios de 2.382 millones de euros. Cabe mencionar que en España el único impuesto que grava actualmente los billetes de avión es un 10% de IVA para vuelos domésticos.

El informe de la Comisión Europea ha sido elaborado con datos de compra de queroseno del EUROSTAT, y datos estatales sobre el número de vuelos y pasajeros, entre otros. Para aprobar una modificación relativa a la fiscalidad que afectase al quersoneso usado en la aviación se requeriría una decisión unánime de Consejo de la Unión Europea, con el fin de modificar la normativa comunitaria sobre impuestos especiales.